Hernia discal y fisioterapia

Se estima que hasta un 75% de las personas tendrá algún tipo de dolor de espalda o cuello en algún momento de la vida. La buena noticia es que la mayoría  se recupera sin necesidad de cirugía y el tratamiento conservador, como la Fisioterapia y Osteopatía, por lo general obtiene mejores resultados que la cirugía. 

La columna está compuesta por 33 vértebras (huesos) que se apilan unos encima de otros. Entre cada vértebra existe una almohadilla elástica o cartílago llamado disco intervertebral. Los discos constan de una cubierta exterior resistente y fibrosa (anillo fibroso), y un centro gelatinoso (núcleo pulposo). La función del disco intervertebral es la de amortiguar y repartir las cargas que se generan en nuestra columna vertebral.

A medida que envejecemos, el disco se hace más plano y menos flexible, por lo que es más fácil de lesionar. En algunos casos, el núcleo pulposo puede empujar a través de una grieta en el exterior y dar lugar a una hernia (bulto) o rotura (desgarro). Existen diferencias entre protusión discal y hernia discal. En la protusión discal existe deformación del disco intervertebral pero el núcleo pulposo no se ha filtrado a través del anillo fibroso. En cambio, en la hernia discal, existe una rotura del anillo fibroso y un escape del núcleo hacia la parte exterior que provoca una mayor deformación.

Una hernia discal puede irritar los nervios cercanos y producir dolor, entumecimiento o debilidad en las piernas o brazos. También hay personas con hernias discales que no presentan síntomas. La mayoría de las personas que tienen una hernia discal no necesitan cirugía para corregir la lesión.

Las hernias discales son más comunes en el cuello (columna cervical) y en las lumbares (columna lumbar). En la parte lumbar, los discos pueden llegar a ser dañados por un desgaste excesivo o una lesión.

Existen factores de riesgo como: Edad, obesidad, ocupación laboral y bajos niveles de actividad física

El tipo y la localización de los síntomas dependen de la ubicación y la cantidad de presión sobre los nervios:

  • Si tiene una hernia discal en la columna cervical, es posible que tenga dolor, hormigueo, entumecimiento, debilidad, o cualquier combinación de estos síntomas en el brazo, en el hombro o en el cuello.
  • Si tiene una hernia discal en la columna lumbar, es posible que tenga dolor, hormigueo, entumecimiento, debilidad, o cualquier combinación de estos síntomas en la espalda, los glúteos o las piernas, y lo más probable, sus síntomas se presentarán en un sólo lado de su cuerpo.

Su fisioterapeuta le realizará un examen físico completo. Para ello, será necesario comprobar en qué posiciones aparece el dolor para poder determinar las causas del mismo. Además, es necesario hacer un examen neurológico, comprobar los reflejos, la fuerza muscular, la forma de caminar y la sensibilidad.

El objetivo principal del fisioterapeuta es ayudarle a continuar realizando sus actividades diarias. El fisioterapeuta le diseñará un programa de tratamiento basado en los resultados de la evaluación y en sus objetivos personales. El programa de tratamiento suele incluir una combinación de ejercicios terapéuticos.

Su fisioterapeuta diseñará:

  • Los ejercicios que implican movimientos específicos para aliviar la presión de los nervios y disminuir el dolor y otros síntomas, sobre todo durante las primeras etapas del tratamiento.
  • Estiramientos y ejercicios de flexibilidad para mejorar la movilidad de las articulaciones y los músculos de la columna vertebral, los brazos y las piernas. La mejora de movimiento en la articulación puede ser clave para el alivio del dolor.
  • Los ejercicios de fortalecimiento, una musculatura del tronco fuerte puede ayudar a eliminar estrés en la columna vertebral, además de prepararle para situaciones o demandas excepcionales en sus actividades diarias.
  • El ejercicio aeróbico ha demostrado ser útil para aliviar el dolor, la promoción de un peso corporal saludable y mejorar la fuerza y movilidad general. Todos estos factores son importantes en el tratamiento de una hernia discal.

El fisioterapeuta también puede optar por utilizar una combinación de otros tratamientos

  • La Osteopatía mejora la movilidad de las articulaciones y el estado de la musculatura.
  • La higiene postural le mostrará cómo realizar pequeños cambios en la forma de sentarse, agacharse, coger pesos, incluso en qué posición dormir para ayudar a aliviar su dolor.
  • Tratamientos para el dolor, tales como ultrasonidos, laserterapia avanzada y la estimulación eléctrica sirven para reducir el dolor, la inflamación y  mejorar la circulación.
  • Una vez que el dolor haya desaparecido, será importante que continúe con las nuevas posturas y hábitos para mantener su espalda saludable.

Los discos herniados pueden ocurrir como resultado del envejecimiento, pero hay cambios en su estilo de vida que puede hacer para reducir el riesgo general:

  • Mantener un peso saludable puede reducir el estrés sobre la columna vertebral.
  • Tenga una postura correcta, pues la mejora de su alineación puede contribuir a la salud de su columna vertebral
  • Utilice una mecánica corporal adecuada, cambiando la forma de llevar a cabo las actividades, especialmente las que hace con frecuencia, puede ayudarle a reducir el riesgo de una hernia de disco. 
  • Su fisioterapeuta le ayudará a descubrir que adaptaciones puede hacer en su puesto de trabajo.